Úna Fingal
- 20 sept 2017
- 2 Min. de lectura

Barcelona <3

El 17 de agosto de 2017

17/08/17

A las 17'00 h

Estaba en Cubelles, invitada al Cubelles Noir para inaugurar con la mesa poética. Me hallaba con mi amiga Angelique Pfitzner, su esposo Roge, su mamá y gran amiga mía también, Montse, y los recién conocidos Sedacrof y Manel Tosca, eminentes poetas. Yo no, yo no soy poeta, de vez en cuando escribo algún verso que me sale de alguna parte de mi ser que soy incapaz de controlar, no sé a qué se debe ni sé a qué responde, ni lo puedo buscar, solo sé que sale como una nergía, con furia y en tromba y debo dejarlo fluir. Habíamos comido juntos en l'Espai Carme junto a la antigua muralla de la Vila Nova, les gustó mucho el menú y el lugar. Tras la comida regida por una tertulia como las de antes, contentos nos dirigimos a Cubelles, dispuestos a hablar de lo que más nos gusta, literatura, y allí, cuando apenas faltaba un minuto para dar comienzo a la sesión, alguien entró corriendo para gritar que había ocurrido un atentado en Barcelona. Conmocionados tuvimos que dar inicio al programa, la cabeza y el corazón en otra parte, yo había podido saber que los míos estaban todos bien, por suerte, pero me encontraba en estado de shock, quería ir a casa, abrazarlos, engancharme a la tele, la radio y los periódicos, quería estar pendiente de las Ramblas. Cuando acabó nuestra intervención empezaron a correr por los smartphones vídeos que jamás deberían haberse difundido...Yo, temblando, pedí que no me los enseñaran, Angelique también. Eran indignantes, mucha gente estaba indignada.

No pudimos seguir en el festival, queríamos regresar a casa, pero eso no pudo ser hasta media noche, y para entonces, Cambrils ya era un llanto.

Y el llanto ha seguido muchos días y muchos seguirá. La sinrazón quiere imponerse a la paz y la vida moderna. Todo es incomprensible, y solo el dolor nos abofetea el rostro, el dolor de las historias individuales truncadas en lo mejor de la vida... Duelen mucho. Y esa herida permanecerá por siempre en la Rambla. Le rendí mi homenaje el 6 de septiembre. Por ella paseamos mi esposo y yo. Cogidos de la mano, Rambla abajo. La Rambla que tantas cosas ha visto y habrá de ver. La Rambla donde todos los enamorados han soñado sus romances más de una vez, la Rambla de la Moños, la Rambla de Eloísa Monfort, la Rambla de las Flores y Canaletes, la Rambla de Peret, la Rambla del Barrio chino, la Rambla de Aloma y Rodoreda, la Rambla del Liceo....La Rambla tiene el poder...

Los días sucesivos, ya están escritos en la historia, yo dejo mi homenaje. Nunca olvidaremos a la buena gente que paseaba por la Rambla y por Cambrils.